Cuando pienso en un nuevo proyecto, me es imposible no constatar lo separado del mundo que estamos, a pesar de globalización, internet y neo-liberalismo de por medio , aún nos caemos del mapa.
Es ahí cuando el deseo de aferrarse a algo,me hace tomar valor en las cosas cercanas, a veces simples y obvias.
Poder mirar lo doméstico, mi hogar, mi familia y mis cosas personales, revisitar la ciudad, la casa expandida,es lo que me estimula para hacer obra.
Entonces, no me siento tan solo y creo ingenuamente que lo que hago le puede interesar a alguien.
Santiago-Souvenir,es un ejercicio de este estilo, una apuesta a levantar un puente de comunicación y emoción, un deseo de hacerme preguntas y darme respuestas donde aparentemente no las hay.
viernes, 8 de junio de 2007
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